
Solidaridad con Palestina
¡NO MATES A TUS HERMANOS!!
Ante el PODER me levanto y tomo la palabra
Ante el débil me inclino y bajo la mirada.
Hoy, como ciudadano libre, responsable de sus palabras y sus actos, me declaro palestino y me pongo al servicio incondicional de Gaza, de la noble y legitima causa de Palestina con la única arma que poseo, la palabra, la poesía que es semilla, luz y vida.
Y he de añadir a mi declaración de principios, que la rabia y la impotencia que siento ante los alumnos aventajados de sus verdugos-maestros Goebels, Himmler y Hitler, no me nubla la vista ni empaña en lo más mínimo el profundo respeto y amor que siento por los hijos/as de Moisés, de Esther y David, cuyo derecho a vivir y crecer en PAZ con los suyos y con los demás, es tan legitimo, como el de sus hermanos palestinos. Pues todos somos hijos de Sem, hijo de Noe, todos los semitas; árabes, hebreos, arameos… son hermanos, hijos de una misma madre-tierra y de un mismo padre.
Siendo niño, supe lo que significaba en la España franquista "El Contubernio Judío Masónico Comunista" Y no ha habido película: "Amen", "El Pianista" "La Lista…" … sobre el infortunio y la persecución de los judíos desde los Reyes Católicos y la Santa Inquisición hasta nuestros días, que no me haya hecho estremecer el cuerpo y sangrar el alma. Mi poemario "Esther … Nombre de Mujer" es un canto de amor a una noble judía, que anhelando amar y SER, ser libre y ser mujer, termina negándose a si misma. Y Esther, la reina-esclava, tan bella como sencilla y culta, podría hacer algo para honrar su nombre bíblico y ayudar a parar la masacre de sus hermanos, pero me temo, que igual que la mujer de Lot y que Obama, se quedará muda de espanto, petrificada.
EL ORO
Con el oro y el oro negro,
todo se compra, todo se alcanza,
todo, el placer y la gloria,
todo, la ley y la corona.
Todo,
menos el verso,
la vergüenza,
y la dignidad.
ISRAEL,
¡NO MATES A TUS HERMANOS!
Se que hoy, en Palestina,
Se repite la historia,
Y mata Caín y Caifas
A Abel y a Manuel.
Quiero escribir y lloro
De impotencia, rabia y asco
Al saber que vuestros padres
Os engendraron con pasión
Bajo las palmeras del desierto
A la luz de la Media Luna.
Para que floreciesen las rosas
En las arenas del desierto.
Y creciesen los claveles
En la boca de los cañones.
Al saber que vuestras madres
Os parieron bajo el roció
Y la luz de la Osa Mayor
Para que judíos y palestinos,
Cristianos y musulmanes
Nos diésemos las manos
Por encima de los muros
Como buenos hermanos.
Para que todos tuviésemos
El mar, la tierra y el rocío,
La sal, el aire y el agua,
Para que todos tuviésemos
La casa, la mesa y la cama
Y nuestra ración diaria
De aceite, queso y miel
De leche, dátiles y pan.
¡ESTOY COMPROMETIDA!
Tú me dices
Con voz ausente,
Con ojitos
Y carita de pena.
¡Estoy comprometida!
¿Con quién? …
¡Yo también!
Con la tierra
Y el agua limpia.
¡Yo también!
Con el amor
Y la vida.
NO HAY RIQUEZA
No hay riqueza
ni gloria
que compararse
pueda,
a la paz
que respira
quien detiene
el tiempo
y escucha
en silencio
el murmullo
del agua.
!SI TÚ QUISIERAS¡
!Si tú quisieras...¡
Si tú quisieras...
un gesto, una palabra tuya
y una avenida de luz
saldría de las entrañas
del Monte de los Olivos
uniendo Gaza y Jerusalén.
!Si tú quisieras...¡
un gesto, una palabra tuya
y volvería la esperanza
y el agua, a las casas,
escuelas y hospitales,
de Gaza y de Palestina.
!Si tú quisieras...¡
un gesto, una palabra tuya
y volverían a florecer
los cerezos y los lirios
entre las cenizas
de Gaza y de Palestina.
!Si tú quisieras...¡
Si tú quisieras...
un gesto, una palabra tuya
y volverían a anidar los sueños
en los altos minaretes.
Volverían a cantar los mirlos
en Gaza y en Palestina.
Si tú quisieras...¡
un gesto, una palabra tuya
y todos los niños
de Israel y de Palestina
tomarían partido
por el amor y la vida.
!Si tú quisieras...¡
A todos los hijos y las hijas de Esther y del Rey David,
Con todo el amor y respeto de un hijo de Saladino