Yo no quiero más luz que tu sombra dorada
donde brotan anillos de una hierba sombría.
En mi sangre, fielmente por tu cuerpo abrasada,
para siempre es de noche: para siempre es de día
Miguel Hernández
Festona sus enaguas
con espumas
de nata,
que bordan
caprichosas
figuras
en el bajo ondulante
de su falda.
de blanco inmaculado
en el que prende
flores,
hojas,
y pájaros,
volviéndolo color
vibrante
y cálido.
Mia, de cara al mar,
exhalando palabras
perfumadas.
gracias,Sole
El mundo entero puede saltar en pedazos
—tal es su fragilidad—
en el próximo segundo.
Lo único que podemos hacer
es hacer
lo que tenemos que hacer.
13 comentarios:
Gracias Mía!!!
Besos.
Mario
Las despedidas con Miguel Hernández parecen más despedidas.
Besos
No entiendo el mensaje.
te dejo un abrazote muy gordo
Marcela,
buenos días
soleados
cálidos
besos
quijoteurbano
gracias a ti
por ser y sentir
como tu sabes
sentir y ser
besos
Bello poema, aunque me cueste entenderlo, ciertamente.
Pero lo que más me ha gustado es la originalidad...
Besos Mia
Miguel oculto, susurrando unos versos, llorando cebollas.
Mil besos
Saludos. Abrazo, gracias por sus visitas, siempre es usted bienvenida, su casa sigue linda.
Miguel.... mi admirado Miguel...
Siempre de día, compañero del alma, compañero¡
besos
de cenizas
Miguel Miguel
y es que nos
ha dejado tanto!
compañero compañero...
besos
stella
llorando cebollas
cantando nanas
así le siento
en la noche
y en el alba...
besos
ybris
así es,sabía desde siempre
que su vida era breve
que a todo,un poema dedicaba
veintiocho primaveras
y cuanto nos ha dejado...
besos
amparo
si le sientes alcanza
y tú sientes tanto!
besos
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